Con gallardía y compromiso patriótico, personas privadas de libertad que cursan el tercer año de bachillerato en diversos centros de privación de libertad del país participaron en la ceremonia del Juramento a la Bandera. Este acto, que representa un importante hito cívico y educativo, también contó con la participación de adolescentes y jóvenes de los centros de adolescentes infractores quienes reafirmaron su compromiso ético ciudadano.

Durante las ceremonias organizadas en cada una de las dependencias, los estudiantes abanderados recibieron reconocimientos por su mérito, esfuerzo, excelencia y trayectoria académica, criterios que guiaron su selección. Este reconocimiento no solo celebra sus logros académicos, sino también su perseverancia y disciplina, valores que promueven su desarrollo integral y preparación para la vida en sociedad.

Joaquín A., abanderado de este año en el CAI Riobamba, expresó: “Llevar el tricolor en mis manos no es solo un reconocimiento a mi pasado, sino una invitación a mi futuro. El éxito se construye con esfuerzo, perseverancia y responsabilidad.”

La actividad refleja la importancia del eje educativo como herramienta de transformación, en el marco del trabajo interinstitucional coordinado del SNAI. A través de programas educativos y de formación, la institución fortalece los procesos de rehabilitación social de la población penitenciaria; así como la reeducación de adolescentes y jóvenes infractores de la ley, promoviendo su inclusión social y la adquisición de competencias para una vida responsable.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores reafirma con este tipo de acciones su compromiso con la educación como pilar de la rehabilitación y el desarrollo humano, reconociendo que la formación académica y el civismo son fundamentales para la reconstrucción de proyectos de vida y la promoción de valores ciudadanos.